¿Está X convirtiendo a sus usuarios en fábricas de trolls y haters?
Mass Medios | En una era digital donde la información fluye en tiempo real, las redes sociales han redefinido el espacio de la comunicación pública y la libre expresión. Originalmente, estas plataformas buscaban conectar personas y fomentar comunidades en torno a intereses compartidos. Sin embargo, en los últimos años, su propósito inicial ha sido profundamente transformado. Hoy, en redes como X (anteriormente Twitter), la dinámica se ha distorsionado hasta el punto de que algoritmos y modelos de negocio favorecen interacciones cargadas de tensión y polarización, lo cual genera un entorno donde la calidad y la veracidad de la información a menudo quedan relegadas en favor del engagement.
Medios de comunicación y periodistas desempeñaron un papel clave en los primeros días de las redes sociales, ayudando a construir y consolidar audiencias. Pero cuando las plataformas adoptaron un modelo basado en la retención de usuarios a cualquier costo, el contenido informativo quedó en segundo plano, sustituido en muchos casos por mensajes sensacionalistas y teorías de conspiración que mantienen a los usuarios atrapados en ciclos interminables de polémica y confrontación. Estos cambios han dado lugar a un ambiente donde las redes sociales han sido criticadas por fomentar la creación de “fábricas de trolls y haters”: espacios en los que el discurso de odio, el sensacionalismo y la polarización encuentran un terreno fértil para proliferar.
La reciente decisión de medios internacionales como The Guardian y La Vanguardia de dejar de publicar en X por considerarla una plataforma “tóxica” es una señal de alerta. Estos medios están optando por preservar la integridad de su contenido, alejándose de una plataforma que, según afirman, ha degenerado en una “caja de resonancia de teorías de la conspiración y desinformación.” Este movimiento además simbólico, también plantea interrogantes sobre el futuro de la relación entre el periodismo y las redes sociales, y sobre si es viable que los medios busquen nuevos espacios para evitar la manipulación y el ruido que frecuentemente rodea a estas plataformas.
Por otro lado, redes alternativas como Bluesky —creada por el fundador de Twitter, Jack Dorsey— están ganando terreno. Este crecimiento, aunque modesto en comparación con el alcance de X, muestra que muchos usuarios buscan un entorno digital menos saturado de conflictos y polarización. Según reportes, Bluesky ha visto un aumento notable de usuarios en Estados Unidos, en parte debido a las recientes elecciones presidenciales, un periodo caracterizado por un auge de la desinformación y las campañas políticas divisorias.
Si bien en Colombia no hay datos oficiales sobre el crecimiento de Bluesky o Threads (de Meta), el surgimiento de estas alternativas muestra que hay una demanda creciente por espacios donde el discurso de calidad y el respeto puedan florecer. Para los medios de comunicación, la desconexión de plataformas que priorizan el conflicto y la confrontación puede ser una estrategia para proteger el valor de su contenido y recuperar su papel como bastiones de la democracia y la responsabilidad informativa.
¿Es posible que X esté generando un ambiente propicio para la proliferación de trolls y haters? La respuesta parece inclinarse hacia el sí. La prevalencia de contenido polarizador y los cambios en las reglas de moderación han contribuido a crear un ambiente donde la conversación se ve influenciada por el odio y la manipulación. Sin embargo, el surgimiento de alternativas y la búsqueda de nuevos espacios indican que ni los usuarios ni los medios están dispuestos a quedarse en un entorno que comprometa sus valores.
Este proceso de transformación, aunque desafiante, también representa una oportunidad para que el periodismo recupere su esencia, protegiendo la calidad y veracidad de su contenido frente a las fuerzas comerciales y políticas que moldean la opinión pública en redes sociales.
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