¿Sabes qué es el Binge – Watching?
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El binge-watching es el acto de ver múltiples episodios de una serie o grandes cantidades de contenido en plataformas de streaming de forma continua y en una sola sesión, durante varias horas sin interrupción. Este fenómeno cultural y tecnológico ha transformado nuestra forma de consumir contenidos, y aunque parece inofensivo pasar una tarde o incluso un fin de semana entero en un “maratón de series”, los efectos pueden ser más profundos de lo que imaginamos.
¿Por qué nos atrae tanto el binge-watching?
La respuesta está en la estructura de muchas plataformas de streaming y redes sociales. Al ofrecer capítulos continuos o videos infinitos, estimulan nuestro sistema de recompensa, activando la liberación de dopamina, un neurotransmisor que nos hace sentir placer. Esta experiencia se intensifica cuando estamos emocionalmente involucrados en una historia o cuando vemos contenido que nos hace reír, emocionarnos o relajarnos. En el corto plazo, puede brindarnos una sensación de escape y entretenimiento, especialmente en tiempos de estrés.
Durante la pandemia, el binge-watching se convirtió en una herramienta de afrontamiento. La soledad, el aislamiento y la ansiedad llevaron a muchos a buscar refugio en series y redes sociales. Aunque mirar una serie puede ser un alivio momentáneo, el binge-watching puede aumentar la soledad y la depresión. Según estudios recientes, las personas que hacen maratones de contenido para enfrentar emociones negativas pueden terminar intensificándolas a medida que posponen problemas y compromisos reales.
Además estar sentado o acostado por horas, a menudo en posiciones incómodas, afecta la salud física. Problemas de espalda, fatiga visual y un aumento del sedentarismo son comunes entre quienes adoptan esta práctica frecuentemente.
Del mismo modo, la función de “autoplay” o reproducción automática facilita perder la noción del tiempo. Al final, una noche de binge-watching puede terminar afectando el sueño y la energía del día siguiente. La privación del sueño influye en el estado de ánimo, y en la capacidad de concentración y en el rendimiento general, generando un círculo de cansancio y estrés.
¿Entonces, es malo el binge-watching?
La clave está en el balance. El binge-watching ocasional puede ser una forma de entretenimiento y relajación, pero es importante reconocer cuando este hábito se vuelve insalubre. En plataformas como Netflix, TikTok e Instagram, existen herramientas para controlar el tiempo que dedicamos, aunque es responsabilidad de cada uno aplicarlas de manera consciente. Algunos expertos recomiendan desactivar la reproducción automática y programar descansos regulares entre episodios o videos, especialmente cuando este hábito se convierte en un refugio que evita enfrentar otras áreas de nuestra vida.
Como consumidores de contenido, el reto está en disfrutar del binge-watching sin permitir que controle nuestras horas, emociones o bienestar.
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